La sentencia recoge que sobre las 13 horas del pasado 31 de mayo, el acusado y su excompañera comenzaron una discusión en el interior de la vivienda, en el transcurso de la cual, “con claro ánimo de atentar contra la integridad física” de la mujer, le propinó un empujón que la hizo caer sobre un sofá
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